Sinceramente esperábamos en vano que todos se hayan equivocado, y que Samanta no ganara la final de Bake Off como se anticipaba y se condenaba en redes sociales.
Finalmente ello no ocurrió, Samanta fue la campeona en la cocina pero ante este «merengue» que se armó, decidieron sacarle el título que le dieron a mediados del 2019 y se lo dieron a Damián en la actualidad. O sea ésta semana.
Damián que había destrozado a Samanta en las redes cuando se enteró del engaño, recibió los $600 mil del premio deslucídamente. Decimos deslucídamente porque la competencia fue el año pasado y gracias al berrinche (con razón) de los fans, lo declararon campeón en un intento claro de la producción de limpiar su imagen, que por cierto está bastante «marmolada». Unos «dulces» los muchachos.
Comprendemos el mal momento que pasaron algunos de la producción cuando se enteraron, el mal momento que pasaron sus compañeros los cuales se dieron cuenta que todo el tiempo fueron engañados.
Y decimos alguno de la producción porque son cosas que se «cocinan» en la intimidad y en mesa chica.
Las teorías
Una de las teorías es que el nivel del casting era tan bajo que trataron de «mechar» a un/a profesional para levantar la vara. El arte de igualar para arriba, sin imaginar que a la «postre» sería la campeona.
Otra de las teorías es que Samanta mintió en su historia para poder participar y darse a conocer como pastelera, y cuando se dieron cuenta del fraude, no había vuelta atrás porque el programa ya estaba «cocinado» y no tuvieron las luces para darse cuenta que les habían vendido «pescado podrido».
Lo cierto es que los fans se dieron cuenta del fraude y no dudaron en exponerla y acusar a los productores de tramposos, sin darse cuenta que tal vez al encargado del casting le faltó un «golpe de horno».
La producción tomó la decisión de exponer a Samanta Casais y «quemarla» en público, tal y como hizo toda su participación fingiendo ser amateur. Ante las cámaras.
Le dieron la oportunidad del derecho a réplica y pidió disculpas públicas a la producción, pero increíblemente volvió a negar su profesionalismo. Negar su participación en programas de TV, negar que tenía una pastelería, negar que era la pastelera de «Café San Juan». Esta chica no la tiene muy «clara» con los medios.
Lo cierto es que a mediados del año 2019 le deben haber entregado los $600 mil a Samanta porque ya exhibió las refacciones de su departamento y sus electrodomésticos que otorga el programa al ganador/a ¿Los devolverá?
Nunca vamos a saber si en el afán de limpiar su imagen, la producción entregó doble premio o si Samanta devolvió los $600 mil. Porque recordemos que fue hace casi un año y recién este último mes y medio nos enteramos del fraude y por ello decidieron sacarle la corona.
Lo que resulta extraño es que la producción debe tener gente que se dedica a rastrear los curriculum e investigar para no tener problemas ¿Como explican que los fans se dieron cuenta y ellos no?
Lo cierto es que va a quedar para la historia este concurso que parecía estar «cocinado» y se le terminó «arrebatando» gracias a la exposición pública de sus participantes, y que además terminaron haciendo «torta» el sueño de Samanta.
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