Hemos enfatizado que entre las causas eficientes (es decir, necesarias y sin las cuales no puede explicarse el fenómeno de la pandemia), está la economía, en todas sus facetas duales de manifestación en el planeta Tierra.
La financiarización de la economía global (sistema económico por el cual todo lo que se intercambia pierde su valor ante la presencia de instrumentos financieros derivados, con origen en la década del ‘70) ha llegado a su punto cúlmine, pues la distorsión en los mercados ha alterado totalmente la lógica económica basada en lo productivo. Todo lo que prima es la especulación financiera en base a bonos basura, que debilitan cada vez más cualquier intento de restablecer una economía respaldada en una deuda global irracional y en una Reserva Federal y Bancos centrales que sólo acuden a rescatar a los hiper-ricos, que cayeron en el 2008 y desde febrero 2020 vieron que la situación se había tornado insostenible para ellos.
Esta financiarización sostenida por dinero fiat (sin respaldo, por sola emisión) ha matado ya a los bancos centrales del mundo, esto sumado a que el petróleo dejará de ser la palanca rentable para las economías que se basan en ella, y ante un proceso de endeudamiento global del sector empresario, estatal y sobre todo, de individuos que han perdido cualquier capacidad de ahorro (el 60% de los norteamericanos no tienen un dólar ahorrado y viven endeudados; se prevé que 15 millones de propietarios no podrán pagar sus hipotecas). Los programas de recompra “ilimitada” de bonos de la Reserva Federal pueden terminar en la quiebra de estados o ayuntamientos, ya que solo infla la burbuja de los bonos soberanos hasta el infinito.
Estamos viviendo el fin de la dolarización de la economía, pues hay escasez de dólares. La deuda en dólares de países emergentes, sobre todo China, se disparó; la cantidad de bonos emitidos en esa moneda era de 60 billones en 2019, por lo que muchos países se enfrentarán a vencimientos que no podrán afrontar, y hay pronósticos que hablan de una escasez global de dólares de 20 billones hacia fin de este año. Existen 17 billones de dólares en préstamos en estos momentos, en el mundo.
No hay respaldo para las reservas de los bancos centrales y, salvo China y Rusia, los países no hay acumulado oro como para sostener sus bases monetarias.
Lo que está en juego es un sistema monetario, económico y financiero que se terminó. Hay que pensar en otro, post-coronavirus.
Este sistema se basó en la dualidad imperante que promovió creencias en recursos finitos (dinero, reservas naturales, etc); individualismos extremos para competir por esos recursos y deseos infinitos que satisfacer en sociedades siempre dispuestas a valorizar al individuo por lo que tiene y no por lo que “es”. Este es el cambio de paradigma que se nos viene. Y al que no lo entienda, se le vendrá encima; esto es, cerrará su empresa, será despedido, deambulará por las calles saqueando lo que pueda, se movilizará para exigirle a los gobernantes de turno más paternalismo a modo de asistencia social y verá derrumbarse todo un sistema de creencias acerca de lo que el dinero “es” y de lo que se puede hacer con él.
Las condiciones para crear una crisis semejante a la actual- y la venidera- estaban perfectamente dadas: una mentalidad baja- en cuanto a nivel consciencial global- que basa la existencia en el miedo a no tener dinero y en el deseo de tenerlo; una caída estrepitosa del sistema monetario, generada por quienes organizaron la vida económica global desde los organismos post segunda guerra mundial ( bancos centrales, Reserva Federal, organismos multilaterales de crédito); la emisión basura de millones de papeles/billetes por cada barril de petróleo u onza de oro; y una cantidad de razones no económicas que escapan a esta variable causal de la pandemia (nos referimos a Causas extraplanetarias que inciden en la materialización de la vida en este plano).
Esta agenda “oculta”- aunque nada hay oculto para el que quiere conocer la verdad- persigue los siguientes objetivos, a partir de la pandemia: estado de supervivencia de una masa crítica de habitantes globales a partir del miedo y pánico a la carencia; colapsos sociales a partir de lo anterior; desgaste de los liderazgos políticos que gestionan la crisis; despoblación global a partir de segmentos poblacionales determinados (ancianos, p.e), que se extiende luego a segmentos medios abatidos por el miedo a enfermar y morir.
¿Hay responsables, es decir, personas “con nombre y apellido” que estén “detrás” de todo esto? La respuesta es SI. Y desde hace siglos son los mismos, es decir que se repiten generación tras generación (monarquías, banca internacional y los apellidos de siempre de la elite que maneja los hilos financieros, mediáticos y corporativos globalmente). Ahora bien, pretender culpabilizar a estos agentes del denominado “poder oculto”, Cabal, y otras yerbas (no sólo estadounidenses sino de otros países desarrollados también) de esta crisis global es de una ingenuidad supina. Es ignorancia espiritual. La razón por la que estos personajes inteligentísimos y muy bien organizados pudieron orquestar un virus en un laboratorio; igualarlo a la cepa gripal ( básico desajuste energético que puede tener cualquier humano), ocupar sus medios corporativos globales para que, monotemáticamente las 24hs del día se hable del tema, generando así un estado de pánico mundial que, por resonancia frecuencial, genera una multiplicación viral desde el miedo y la sugestión, está dada por el bajísimo nivel de consciencia de la humanidad, en los tiempos actuales.
La agenda post-virus que manejan está basada en lo mismo, es decir, en ese bajo nivel consciencial de quienes hoy temen por su vida y mañana (o YA) temen por su supervivencia económica. Sobrevivir: el gran tema humano, hoy.
Un campo de resonancia está dado por la frecuencia vibracional que domina ese campo. Si la frecuencia dominante es el miedo (energía de menor frecuencia vibracional) las ondas de ese campo electromagnético buscan ondas similares con las que encontrarse a su paso. Al hallar un campo (es decir, una persona) que vibra en el miedo a la enfermedad y a la muerte, esa onda penetra ese campo llevándole consigo similares pensamientos y emociones de miedo a la enfermedad y la muerte. Si por el contrario, esa onda viaja por el espectro etérico y se encuentra con un campo (otra persona) que cree en la sabiduría de su cuerpo físico, que observa sus pensamientos atentamente y vibra en emociones positivas de armonía, la onda en cuestión “choca”, rebota y se va. Simple. Todo es vibración y todo es FRECUENCIA, pues somos seres que vibran a través de sus pensamientos y emociones.
Esto lo saben a la perfección estos muchachos inteligentes que usan sus mentes focalizando en lo que desean: la destrucción. Si vos, en estos momentos, sentís miedo a algo, estás jugando a su favor, te estás poniendo “de su lado”, estás permitiéndole que hagan su juego macabro de despoblar el planeta, provocar un colapso económico global y crear, al fin, lo que han deseado desde siempre: un gobierno mundial centralizado en sus manos, acaparando recursos, mecanizando al hombre como esclavo, borrando de la faz de la Tierra toda inteligencia contraria a sus nefastas necesidades materialistas y duales. No saben qué es la compasión, la caridad, el perdón, la armonía, el amor filial, la devoción y otros sentimientos que devienen de la condición espiritual del ser humano. No pueden saber de qué se trata todo eso. No tienen alma, esa es la razón por la que no pueden.
Vos si tenes Alma y podes contactarte con ella. Hacelo. Preguntale si tu cuerpo puede contagiarse de una gripe y morir. Preguntale si puede faltarte algo en un mundo donde los recursos son infinitos y el dinero, como energía, también lo es. Preguntale qué tenes que hacer y te lo dirá. Pero jamás tengas miedo, ese es el caldo de cultivo que está generando todo este caos y que les da poder a quienes no deben tenerlo. Ellos lo saben, por eso está pasando todo esto. Lo único que puede pasar es lo que está en tu mente. Y a estos personajes los creas vos con tus miedos y con tu baja vibración. No hay culpables. Solo existe la creación mental tuya que manifiesta lo que ves. No sientas, no pienses y no digas nada que vibre más bajo que el Amor divino y entonces el virus se disolverá, los medios que no hablen de lo constructivo y verdadero cerrarán sus puertas, el sistema financiero caerá y se transformará la relación que los humanos tienen con el dinero.
El dinero servirá como camino redentor para el Alma humana a partir de esta crisis final en la humanidad. Es la raza la que está en juego. No pierdas tu oportunidad esta vez.
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Autora: “Dinero y Evolución: del materialismo a la No-dualidad”; Grupo Pampia Editor; BsAs; 2019