Más de 8 millones de niños y adolescentes no cumplirán las necesidades básicas hasta diciembre próximo, según un informe de la ONG.

BUENOS AIRES.- UNICEF Argentina adelantó una nueva estimación de la pobreza infantil en el país, que alcanzaría los 8 millones de niños.
Según los resultados de la segunda encuesta nacional de impacto del COVID-19 en familias con niños y adolescentes alertan que, entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020, la cantidad chicas y chicos pobres pasaría de 7 a 8,3 millones.
El dispositivo que recaba la información es a través de una encuesta nacional, que genera datos actualizados sobre la ocupación de los jefes y jefas de hogar, el acceso a alimentos y la percepción de programas de transferencias sociales.
Las nuevas proyecciones alertan que, en diciembre de este año, el porcentaje de niños y niñas pobres alcanzaría el 62,9%.
Los cálculos de la organización se basan en datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y aproximaciones del producto bruto interno (PBI) del Fondo Monetario Internacional que monitorea al país.
La actualización muestra un incremento de casi 5 puntos respecto a los niveles de pobreza infantil estimados en mayo de 2020, de un 58,6% a un aumento que llega al 62,9% y seguramente que no ceda para los próximos meses.
Más allá de la apertura de actividades, de la flexibilización de la cuarentena en parte del país y de la variedad de programas de asistencia al trabajo y a la producción, hay 2,6 millones de hogares que tienen sus ingresos laborales reducidos.
Luisa Brumana, referente de UNICEF en el país, destacó números que alertan: ““Son 13 millones de personas que habitan en 2,8 millones de hogares donde al menos un miembro recibe el IFE”.
Además señaló que la continuidad de los programas de protección social son indispensables para evitar que más hogares incrementen los indicadores de pobreza extrema.
El consumo de alimentos es una de las variables de mayor impacto. La tarjeta ALIMENTAR pasó de cubrir al 19% de hogares al 36% y la concurrencia a comedores populares aumentó del 8% al 10%, en el período abril-agosto que aplica la segunda encuesta de hogares.
Sebastián Waisgrais, Especialista en Inclusión Social de UNICEF expresó: “El coronavirus afecta la vida de los chicos y las chicas de todas las clases sociales, pero en las familias más pobres el impacto es mucho mayor”.
Otro aspecto que consideró el informe es el impacto del aislamiento como medida de prevención que afecta las emociones, las cuestiones recreativas y el encierro.
La aceptación sobre la medida para evitar el contagio de coronavirus sigue siendo alta, un 87% aunque disminuyó sobre el 95% anterior a los 160 días transcurridos de cuarentena extendida.
Cabe aclarar que un 26,8% de los chicos dijo sentirse angustiado, un 70% más que en la encuesta anterior, casi el 25% está asustado y hay un 11% que se siente deprimido, un 78% más que la encuesta anterior.
Frente a la consulta de los motivos que más cuesta sobrellevar, 7 de cada 10 contestó la necesidad de ver a los amigos, un 51% salir y un 38% no poder ir a la escuela. Así mismo el miedo de contagio frente a la posibilidad de volver al aula.
Con respecto a la niñez y los efectos que se evidencian en tal etapa se mencionan que un 48% ha mostrado alteraciones en la alimentación, un 46% alteraciones en el sueño y un 16% problemas de comunicación.
Atendiendo a la etapa de flexibilización de la cuarentena con la posibilidad de salidas recreativas un 61% manifestó haberlo disfrutado.
La falsa discusión inicial sobre salud vs economía, deja en evidencia luego de una cuarentena sin antecedente en el mundo, que generaron un impacto económico realmente negativo.
La idea de un “Estado que te cuida” con medidas dedicadas puramente a lo sanitario ha desprotegido a un vasto sector de la población, con números que no pasan desapercibidos.
Se necesitaba contar con un sistema sanitario fortalecido e integrado a otras medidas de corte económico y social, en un plan que permitiera enfrentar los efectos de las restricciones.
La salud transita un recorrido que desconoce el pico de la pandemia y la economía arroja datos en una caída sin precedentes.
A la vista de la fotografía que reflejan los datos, el gabinete sanitario no puede dar todas las respuestas, era necesario articular otras áreas de gobierno.
Ahora el problema es hacerse cargo de la realidad y abordarla en una mesa de discusión más amplia.