El exministro de Agrondustria Ricardo Buryaile celebró el rescate del Grupo Vicentin, pero manifestó su “preocupación” por el “trasfondo” de la intervención y el proyecto de expropiación de la empresa agropecuaria anunciado hoy por el presidente, Alberto Fernández. “Esto va a significar más burocracia, menos transparencia, menos rentabilidad para los productores”, aseguró.
“Una parte me pone contento, que es que los acreedores van a cobrar una parte de las acreencias, porque difícilmente podía hacer frente a las obligaciones. Pero tengo que analizar cuál es el trasfondo de todo esto, me preocupa”, expresó Buryaile esta tarde, en diálogo con el programa LN+.
Se refirió así al anuncio que hizo esta tarde el Presidente acerca de la intervención de Vicentin a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), así como la presentación de un proyecto de ley para la expropiación de la exportadora de granos, harinas y aceites, que se encuentra en concurso de acreedores y tiene una deuda de $100.000 millones.
El exministro del gobierno de Mauricio Macri dijo que “confía” en el interventor designado por el Gobierno en Vicentin, Gabriel Delgado, a quien calificó como un “amigo”. Pero agregó: “El Presidente dijo que quiere garantizar la soberanía alimentaria. Esto me trajo a la memoria el momento en el que dijeron que iban a garantizar la garantía monetaria y estatizaron Ciccone”.
“Después, dijeron que iban a garantizar la soberanía energética, y estatizaron YPF. Y ahora creen que van a garantizar la soberanía alimentaria y estatizan Vicentin”, lanzó.
“Creo que tienen un concepto equivocado de cómo funcionan el mercado alimentario y el granario. La soberanía alimentaria se garantiza con más producción, con más transparencia. Tengo una enorme preocupación, porque esto viene de la mano de un proyecto de junta nacional de granos y de la idea de que el Estado tenga participación en las acciones”, agregó.
“Se mezcla todo. Me preocupa la visión de creer que el Estado puede brindar transparencia al mercado de granos, cuando este ya tiene transparencia”, reflexionó.
Consultado acerca de los riesgos que podría tener la expropiación, respondió: “El Estado te manipula los precios. Desde una empresa del tamaño de Vicentín, obviamente esto es posible. El mercado de granos tiene un precio de referencia internacional, que lo podes distorsionar acá, para bien o para mal”.
“Mi preocupación es que el Presidente crea que a partir de tener una empresa como Vicentin esto se habrá solucionado y que vamos a participar en el mercado mundial. Si esa es la visión, creo que está equivocada, más allá de la decisión de rescatar una empresa privada”, añadió.
Y se preguntó: “¿Cada vez que una empresa privada esté en problemas, va a salir a rescatarla el Estado? Porque después de esta pandemia, vamos a tener muchas empresas privadas en problemas. ¿Cuál es el mensaje? Mi primera impresión es que si el Estado va a empezar a intervenir como empresario en el sector de granos, es malo. Porque conocemos cómo interviene el Estado”.
“Tengo la obligación de ver cómo va a ser el porvenir, y vamos a tener un Estado interviniendo en el mercado de granos activamente. Como el Estado intervino en el mercado de granos en el gobierno de Cristina Kirchner”, expresó.
Y siguió: “Esto va a significar más burocracia, menos transparencia, menos rentabilidad para los productores. Porque todos sabemos que cuando el Estado se hace cargo de una empresa privada… Yo quiero que me digan una empresa de la que se haya hecho cargo el Estado que haya tenido rentabilidad y haya sido próspera. Miremos YPF. Me preocupa la visión que tiene el Presidente de la participación en la cadena agroalimentaria a partir del Estado”.
Acerca de la posibilidad de que el Congreso apruebe la ley de expropiación, Buryaile dijo: “Creo que hay mucha gente que fue votada como oposición y es complaciente. Creo que hay que sentarse a hablar de cómo es el proyecto que tienen. Por ahí es una intervención con liquidación de activos y cancelación de deudas, y me parece bien que se pague la deuda, que la Nación pague las acreencias que tiene, y los 37 bancos, los 2600 productores y los proveedores”.
“Pero no creo en el Estado empresario”, siguió. “Aunque hay muchos que sueñan con esta visión del Estado todopoderoso, yo croe que una cosa es un Estado actuando en ciertos aspectos, y otra es el Estado empresario. Con eso no nos ha ido bien”, lanzó.
Fuente: La Nacion