
La decisión va en línea con las distintas fases de contención implementadas para asistir el avance de la pandemia.
¿A quien le corresponde?
En tal sentido se prevé que una nueva asignación «va a ir a las zonas en donde la cuarentena vuelve a la fase uno, o donde la situación está más complicada», señaló la titular.
«Se sigue pagando la etapa 2 del IFE. Cuando se termine este bono, recién se verá cómo seguir», pero se anticipa el recorte de fondos acorde a la realidad en términos de la salida de las medidas de prevención.
De esta forma solamente están confirmadas las zonas del AMBA, parte de Chaco y ciudad de Córdoba, resta definir qué sucederá en otros distritos.
«El tercer pago del IFE estará referenciado en, por lo menos, tres indicadores: una cuestión de precariedad habitacional, otra de línea de pobreza e indigencia, y, finalmente, una cuestión de cantidad de contagios y en la necesidad de cumplir el aislamiento», aseguró la directora.
Actualmente asiste a 9 millones de beneficiarios, que tampoco cubre a todos los sectores atravesados por una merma en sus ingresos que se agrava a diario.
También hizo referencia a la idea de trasladar la prestación a una asignación universal que ronda al gobierno y a las organizaciones sociales pero: «claramente es un tiempo de reflexión, no de ejecución, ni de toma de decisiones aún» indicó. «Apenas estamos atravesando una cuarentena, y creo que es un tema para la post pandemia«.
Cabe mencionar que para enfrentar la pandemia el sector público nacional marco un déficit récord por pago del bono de $10.000 del IFE y otros gastos.
Solo en el primer mes de plena implementación del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, el Sector Público Nacional (SPN) registró un déficit primario de $228.821 millones y un resultado financiero deficitario por $266.049 millones.
Al mes de junio la emisión de pesos que lleva adelante, el Banco Central a cargo de Miguel Ángel Pesce, para financiar al Tesoro está generando un crecimiento en el total de pases y Leliqs, que ya superan los $2,2 billones.
Los indicadores de la post-pandemia son preocupantes.
Sin ahorros ni acceso al financiamiento con una negociación de la deuda estanca, los ingresos en caída casi al 30% y la impresión de billetes como la única herramienta disponible, se suma un panorama social y económico-laboral preocupante.
Estas condiciones repercuten directamente en las provincias donde deberán ver cómo sostienen a aquellos que podrían dejar de percibir el IFE, en muchos casos como único ingreso.
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