Tratar de ser objetivos y que no te metan preso en el intento.
Muy difícil ser periodista en la Argentina que vivimos.
Divididos por una grieta moral tenemos que hacer equilibrio para informar como corresponde.
Poner a prueba nuestro profesionalismo llevando a nuestros oyentes la verdad.
Ya lo he dicho en otras oportunidades, fue una verdadera pena que muchos colegas mezclaran las cosas y se hayan convertido en periodistas militantes.
Y lo más terrible que esa militancia responda a intereses económicos y ni siquiera a cuestiones ideológicas.
Periodistas que durante muchos años han inclinado la cancha recibiendo a cambio pauta por parte del estado.
No viene al caso dar nombres y hacer una casería de brujas pero son conocidos en el medio y la opinión pública los llama periodistas ensobrados.
Ahora con la palabra devaluada y habiendo pulverizado la ética a nosotros los periodistas independientes nos toca aguantar las tropelias de este gobierno por culpa de un puñado de inescrupulosos.
Muchos Argentinos de a pie le pusieron el pecho y defendieron con convicción cuando el gobierno de Cristina Kirchner puso en marcha la ley de medios allá por Octubre del 2009 e intentó quedarse con las principales empresas de comunicación.
Porque en ese momento la gente consideró que era un ataque contra la libertad de expresión.
Luego tristemente, periodistas de esos medios socavaron la imagen del gobierno de Macri durante 4 años porque la pauta estatal había sido recortada.
Ahora se ha puesto en marcha “La operación Venganza” por parte de este gobierno y amenazan con concretar detenciones de algunos periodistas.
Cuál es la explicación de la justicia para semejante atropello?
Algunos periodistas publicaron o dieron a conocer escuchas ilegales y son acusados por un juez de violar un secreto de estado.
Cuando en realidad el que está violando el secreto de estado es el servicio de inteligencia que le hizo llegar las escuchas al periodista.
En definitiva quieren adoctrinar al mensajero.
La clave estará, en saber si los Argentinos van a impedir una nueva embestida contra la libertad de expresión.
Momentos difíciles que nos toca afrontar, situaciones que ya habíamos pensado que no volverían jamás.
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