Después de 40 años la esquina de Suipacha y Rivadavia, en el centro de la ciudad de Santa Fe, ya no será la misma.

La incertidumbre de no saber cuando van a poder abrir y las deudas que se acumulan mes a mes, hicieron que su dueño tome la drástica decisión de cerrar sus puertas tras 40 años de permanencia.
“Es imposible jugar al pool a distancia, y tengo gastos fijos que se suman mes a mes, hoy sólo me agrandan una deuda que no voy a poder pagar” dijo Carlos, el propietario del negocio.
El inmueble no es suyo, y si bien el propietario tiene buena voluntad porque hace 40 años que es su inquilino, no lo puede pagar hasta tanto no siga trabajando, y cree que “esto viene para largo”, agregó en declaraciones a la prensa.