Con esos sectores que manifiestan hay varios problemas. El primero, son en su totalidad pequeñas empresas, algunas familiares, con poca o mediana cantidad de empleados. Esas firmas que nunca tuvieron nexo alguno con los estados, ni asistencia, ni créditos. Ergo, no están accediendo a la ayuda oficial y precisan más de la circulación y las ventas que de lo que el Estado pueda acercarles.
El segundo punto importante es que llevan casi dos meses con actividad cero y muchos de ellos tienen una perspectiva más negativa aún hacia futuro. En algunos rubros, como zapaterías y tiendas de indumentaria, la baja de la actividad es del 90%, pero el problema general es un parate de la actividad total de más del 70%. Según las cámaras, en esos segmentos, poco habituados al uso de tecnología, las ventas online representan sólo un 6% o 7%.
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