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Desde el 1 de julio se re-definirán los controles con más efectivos de Gendarmería, la Policía Federal y los permisos con exclusividad para los trabajadores esenciales.
El Presidente Fernández, como Axel Kicillof en la Provincia de Buenos Aires, y Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad, coincidieron en que el mayor foco de contagios se da con la circulación del virus, proyectando números poco alentadores para que el sistema sanitario pueda hacerle frente.
Para poner en marcha un sistema rígido para la circulación se trabajará en conjunto con Ministerio de Transporte y la Secretaría de Innovación de la Jefatura de Gabinete, que es la que la encargada de autorizar la excepciones, para el cruce de datos.
Solo se habilitarán tarjetas SUBE para actividades esenciales.
No se cerrarán estaciones pero los controles serán más estrictos.
Es evidente que los controles en el conurbano resultan más complejos luego de tantos días donde la flexibilización se ha dado de manera natural.
Durante el mes de mayo y junio el incremento en el movimiento de personas superó el millón de personas, sobre poco más de medio millón al comienzo de las medidas de aislamiento en la Fase 1.
El último fin de semana se disparó el número de usuarios de transporte público. Hubo un 62% más de pasajeros (156.641) con respecto al primer fin de semana de aislamiento (316.118). Esto se atribuiría tanto al relajamiento social como al hartazgo por la cuarentena y a cierta laxitud en los controles.
Se permitirá la apertura de comercios que respondan a actividades esenciales como farmacias y supermercados. Ya no podrán abrir sus puertas, por ejemplo, comercios que vendan artículos de librería o indumentaria.
En CABA se sostendrán las salidas para los niños los fines de semana, de una hora, pero se eliminarán los permisos para salir a correr y hacer actividad física. En Provincia se mantendrían igual: no se puede salir a correr.
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