EL FEDERAL NOTICIAS
Las pericias del crimen del peón rural Luis Espinoza complican al gobernador tucumano Juan Manzur. Según los primeros informes, la bala que asesinó al trabajador del agro salió de una pistola Jericho, que el gobierno provincial compró hace seis meses, a Israel.
Espinoza, de 31 años y seis hijos, estaba con su hermano Juan Espinoza para visitar a su madre, en un pueblo del departamento Simoca, a 65 kilómetros al sudeste de la capital tucumana, cuando la policía, en un hecho que intenta esclarecer la Justicia, lo llevó detenido.
Espinoza estuvo desaparecido una semana y apareció el cuerpo arrojado en un barranco en el límite de la provincia de Catamarca. El quiebre de dos policías fue determinante para el hallazgo. Hay nueve policías detenidos por este crimen, que conmocionó a todo el país.
No es el primer caso de gatillo fácil durante la gestión de Manzur. Facundo Ferreyra, de 12 años, fue ultimado por dos policías también. Lo curioso del caso es que ninguno de esos uniformados había sido separado de la fuerza, hasta que descubrieron a uno de ellos robando un bolso.
El caso Espinoza se empezaba a perder hasta que el asesinato del negro George Floyd volvió a ponerlo en el centro de la escena. Pasa que los movimientos afines al kirchnerismo protestaban contra el presidente norteamericano, Donald Trump, por el abuso de la fuerza policial, pero se mantenían callados por el caso doméstico.
Le critican a Trump el exceso policial que no le criticaron a Manzur. Por eso, el caso Espinoza volvió a colarse en el medio de la pandemia pidiendo #justiciaporEspinoza.
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