La importancia de la escuela y la educación como pilar fundamental para el desarrollo humano y el futuro de la sociedad no tiene lugar en Argentina, donde el gobierno nacional sólo la utiliza como medio para profundizar la grieta; demostrando más interés en quien gana la pulseada con el gobierno de la ciudad; la presencialidad o la ignorancia.
El anuncio de Alberto Fernández de suspender por dos semanas las clases presenciales en el AMBA sorprendió a muchos, sobre todo después de que el ministro de Educación, Nicolás Trotta, repitiera como un mantra la importancia de la presencialidad para 2021 al haber tenido cerradas las instituciones educativas durante la mayor parte del año pasado.
Este martes a solo unas horas antes de que venza el plazo, el Gobierno nacional entregó ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación sus argumentos para suspender las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires con el objetivo de reducir la circulación de personas ante el avance del coronavirus. La presentación se hizo luego de que la gestión de Horacio Rodríguez Larreta apelara ante el máximo tribunal el DNU de Alberto Fernández con nuevas restricciones.
El escrito del Procurador General del Tesoro Carlos Zannini tiene una extensión de 113 páginas y habla de la necesidad de “proteger la vida y la salud pública”. A su vez, cuestiona al gobierno de Larreta por no haber acatado las medidas dispuestas por el Ejecutivo nacional y pide que se convoque a la gestión de Axel Kicillof como parte involucrada ya que las decisiones de la Ciudad afectan al conurbano bonaerense.
El documento no solo expuso argumentos jurídicos sino sanitarios, siempre enfocados en la necesidad de reducir la cantidad de personas que se encuentran en la calle. A partir de este martes, el máximo tribunal de Justicia queda habilitado para resolver sobre la cuestión, e incluso no se descarta que su fallo pueda darse a conocer hoy mismo, si se tiene en cuenta que el actual DNU vence el próximo viernes.
El aula más peligrosa es el aula cerrada
La última medición publicada por el INDEC asegura que el 57,7% de los niños de Argentina de entre 0 a 14 años viven en condición de pobreza. Los datos de pobreza afectan especialmente al conurbano bonaerense. El cierre de las escuelas del AMBA deja a muchos niños y jóvenes fuera del sistema, aumentando el riesgo de que no regresen a la escolaridad.
Muchos niños y jóvenes no tienen acceso a la conectividad. La virtualidad no es suficiente ni es una alternativa, es inequitativa y genera desigualdad. Además de un espacio de aprendizaje, la escuela cumple un rol social, de contención y formativo.
Según los datos publicados el pasado 06 de abril por el Ministerio de Educación de la Nación, desde la vuelta a la presencialidad los casos positivos de COVID-19 en escuelas sobre el total de estudiantes matriculados en 2021 representaron un 0.12% y un 0,79% entre directivos, docentes y auxiliares.
Según datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, desde que empezaron las clases, menos del 1% de las 755.000 personas que fueron a la escuela en la CABA dieron positivo de COVID. Y de sus contactos estrechos, sólo el 0.01% dio positivo. Respecto de la circulación que generan las clases, según el registro de la SUBE, en la Ciudad está viajando en transporte público la misma cantidad de gente que antes del inicio de las clases. Sólo 1 de 4 personas usa el transporte público para ir a la escuela.
Abiertas y cerradas
Como explica UNICEF: “La escuela es mucho más que un lugar donde se aprende. Para muchos niños, es la única forma de acceder a la seguridad, a los servicios de salud y a la nutrición”. Tanto en el conurbano bonaerense como en las provincias más pobres del país, las escuelas cumplen un rol social particularmente importante: además de ser un espacio de formación, son el lugar en donde muchos niños y jóvenes reciben las comidas escolares.
En Argentina hay 4 provincias en las que no hay clases presenciales. En Formosa y Santa Cruz la situación es alarmante ya que nunca se retornó a las escuelas desde el inicio de la cuarentena obligatoria, en marzo de 2020.
Se trata, además, de 2 de las provincias con peores indicadores de pobreza y analfabetismo en todo el país, por lo que cabe inferir que el nivel de conectividad de los niños y jóvenes es de los más bajos de Argentina.
NO HAY CLASES PRESENCIALES: La Rioja y Catamarca anunciaron que optaron acompañar el DNU presidencial y volver a suspender las clases presenciales. En Formosa y Santa Cruz nunca se regresó a la presencialidad desde el 12 de marzo de 2020.
En 35 localidades del AMBA de la PBA las clases están suspendidas a partir del DNU presidencial y, además, se sumaron tres municipios de la PBA (Zárate, General Villegas y Castelli). El gobernador, Axel Kicillof, advirtió que habrá sanciones para los colegios que abran.
HAY CLASES PRESENCIALES: CABA, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Corrientes, Jujuy, La Pampa, Salta, San Juan, San Luis, Tucumán y Tierra del Fuego. Hay clases presenciales con protocolos de cuidado y prevención.
HAY CLASES PRESENCIALES + VIRTUALES: Chaco, Chubut, Misiones y Santiago del Estero, aplican formatos que mixean la presencialidad con la virtualidad.
HAY CLASES PERO NO HAY CLASES: Neuquén y Río Negro. Hay clases presenciales pero los sistemáticos paros docentes impiden la asistencia de los alumnos regularmente.
El mundo
En marzo la Unesco dio a conocer un monitoreo realizado en 156 países que reveló que el 48,7% de las escuelas en estas naciones tienen clases presenciales, el 38,5% están parcialmente con un sistema bimodal y el 12,8% están cerradas y hay educación virtual.
Según un informe de Unicef sobre los países de América Latina y el Caribe, las escuelas estuvieron cerradas un promedio de 158 días entre marzo de 2020 y febrero de 2021, mientras que en el resto del mundo la estimación fue de 95 días. En el caso de Argentina, el número es superior ya que las escuelas permanecieron cerradas durante todo el ciclo lectivo 2020.
“El cierre de escuelas tiene consecuencias devastadoras para el aprendizaje y el bienestar de los niños y jóvenes. Los más vulnerables y los que no pueden acceder al aprendizaje a distancia corren un riesgo mayor de no regresar nunca al aula. En comparación con todas las demás regiones, este fue el cierre de escuelas más largo del mundo”. –
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