Funcionaba bajo la órbita de la Subsecretaría de Política Criminal, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, como programa abocado a preservar la seguridad de imputados y testigos que colaboren «de modo trascendente y eficiente» en una investigación judicial federal y que se encuentren en situación de peligro para su vida o integridad física.
En el marco de dicho programa se encontraba Fabián Gutiérrez, ex-secretario privado de Cristina Fernández de Kirchner, que declaró en la causa de los Cuadernos de Centeno.
La derogación del programa cosechó fuertes críticas de la oposición que manifestaron su rechazo ante la modificación de que vuelva a la órbita del Poder Ejecutivo y no del Ministerio de Justicia.
Indicaron en su momento que «es un contrasentido que el encargado de brindar protección sea el mismo poder denunciado» y señaló que la iniciativa «tiene consecuencias directas en las causas que investigan hechos de corrupción».
«La Argentina, por mandato de la Convención Interamericana de Lucha contra la Corrupción, tiene la obligación de contar con sistemas para proteger a los funcionarios y ciudadanos particulares que denuncien de buena fe actos de corrupción», expresaban entre otras cuestiones.
Gutiérrez declaró , en el marco de la causa de «Los Cuadernos», conocer el movimiento de bolsos, la entrega expresa a Néstor Kirchner de la recaudación del día y reflotó la idea sobre las bóvedas que podrían existir en la casa de El Calafate del matrimonio presidencial.
Entre algunas expresiones de sus declaraciones se pueden mencionar:
«A una semana de la asunción presidencial, Kirchner me convocó a su despacho y me dice que mi tarea concreta sería el acompañamiento de la primera dama y senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner en todo momento. Yo no recibí muy gustoso esa tarea dado el carácter fuerte que tenía Cristina. Nadie quería trabajar con ella. Entre los secretarios la apodábamos ‘la loca’, ‘la yegua’ y otro término que no quiero mencionar por razones de género».
«Mi tarea junto a Cristina era acompañarla a todos lados de sol a sol. Yo estaba solo con ella. Tenía un solo franco al mes. También la acompañaba a los viajes oficiales como primera dama junto con el presidente o a veces sola. En esas ocasiones, por ejemplo, la acompañaba cuando iba de compras. Ella elegía lo que quería comprar y yo luego iba con el dinero y lo retirábamos. Las sumas que solía gastar rondaban los U$S4000 o U$S6000 en total por cada viaje».
«Renuncié el 25 de mayo del 2005 volviendo de un viaje de Jerusalén en el cual tuvimos una fuerte discusión motivada porque yo había ido al baño del hotel y ella me requería, entonces me reprochó esta situación y discutimos. A mi regreso presenté la renuncia. Además estaba realmente extenuado ya que era la única persona que estaba con ella todo el día desde que se levantaba hasta que se acostaba y estuve sin franco ni descanso durante cuatro meses. Ingresaba a trabajar a las 7:00 aproximadamente y finalizaba mi jornada una vez que Cristina se iba a acostar. Ahí nos retirábamos junto con los secretarios de Néstor».
El ex secretario del matrimonio Kirchner fue procesado en noviembre de 2019, sin prisión preventiva por lavado de dinero agravado, a raíz de varias operaciones sospechosas vinculadas con maniobras de recaudación ilegal de la causa de los “cuadernos” del chofer Oscar Centeno.
Cabe aclarar que la causa se retrotrae al Gobierno de Néstor Kirchner con el registro minucioso de datos en los cuadernos que llegaron a la Justicia luego de una investigación periodística, en una modalidad de hechos delictivos que se mantuvo en la presidencia de Cristina Fernández.
“Parte del dinero proveniente de los ilícitos perpetrados por aquella asociación ilícita, fue recibido por Héctor Daniel Muñoz y Víctor Fabián Gutiérrez, y luego fue puesto en circulación en el mercado con el fin de aparentar un origen lícito”, consideró el juez federal Claudio Bonadio.
El juez de la causa falleció hace muy poco tiempo, la derogación del Decreto que resguardaba la integridad de los testigos en la figura de «arrepentidos» cambió de órbita y el día de hoy aparace muerto, en circunstancias dudosas, uno de los aportantes de información que debía ser resguardado por el Estado.
Para ingresar al programa, los requisitos son: que la información que provean sea trascendente y eficaz, lo cual es determinado por una autoridad judicial, y que, mediante una evaluación de la Dirección del programa, se determine que efectivamente la vida del testigo corre riesgo.
Habrá que continuar el caso y sus implicancias para comprender los riesgos que corría Fabián Gutiérrez, clave en una de las causas con mayor impacto judicial de los últimos tiempos que choca de frente con el poder kirchnerista.
Gutiérrez no tenía custodia alguna producto de haber sido derogado el programa. Los resultados están a la vista.
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