Lo curioso del caso es el argumento de Fernández para justificar que el Estado va a quedarse con Vicentín. «No le estamos quitando la empresa a nadie», dijo en La Rioja durante un acto con el gobernador Ricardo Quintela.
Parece desconocer Fernández que si el Estado se queda con la empresa, le quita la empresa a los actuales dueños, del mismo apellido que la compañía agroexportadora.
El gobernador de Santa Fé, Omar Perotti, está de acuerdo con la intervención del Estado para sortear esta crisis, pero no concuerda con la expropiación. ¿surgirá algún conflicto interno en el peronismo?
El único argumento real -y no relato- de Fernández es que no quiere que Vicentín pase a manos extranjeras. En la Argentina ya operan al menos cuatro multinacionales en ese negocio.
«El Estado debe estar presente cuando una empresa de esa magnitud tambalea y puede quedar en manos que no sean argentinas. Y creo también que el manejo de esa empresa tiene que hacerse con toda seriedad, no debe entrar allí la política, debe entrar la mejor gestión empresaria. Y vamos a trabajar en ese sentido. Estamos rescatando una empresa importante, no estamos quitándole la empresa a nadie», insistió.
En otro tramo de su discurso, Fernández volvió a mentir, al comparar el rescate de Vicentín con lo que están haciendo Alemania, por ejemplo, con la empresa aérea Lufhansa. Fernández omitió -que es igual a mentir- que el Estado Alemán sólo va a controlar el 20 por ciento de esa compañía y que fue con la autorización del directorio, no mediante una expropiación.
Sin embargo, desde la compañía ya estaban buscando consenso de pago con los acreedores. La deuda de Vicentín ronda los 100 mil millones, de los cuales 18 mil millones son con el Banco Nación. La empresa analizaba la venta de algún activo para cancelar la deuda, o buscaba algún socio para inyectar capital.
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