La serie de televisión más popular en Netflix, no sólo en Argentina sino en todo el mundo, es Dark.
Realizada en Alemania, es del tipo de las llamadas de culto. Su argumento gira sobre un pequeño pueblo que posee una central atómica y se concentra en la vida de cuatro familias. El problema es que la central es manejada por unos delincuentes sin escrúpulos que decidieron ocultar una falla, una fuga de energía que ocasionó una fisura en el tiempo. Esto impacta a las familias, a las cuales les aparece un problema que se agrega a los que ya tenían, abusos, infidelidad, enfermedad, y uno mucho mayor: niños que desaparecen misteriosamente.
Un policía se encarga de la búsqueda, y también desaparece. Y un pobre tipo es acusado de homicidio. Como dice Sabina en su canción, “no estaban muertos, se habían ido de parranda”.
El punto es que algunos de los miembros de esas familias, sin que otros lo sepan, están viajando en el tiempo, hacia el pasado o el futuro. El delirio más grande se produce cuando el fulano que viajó al pasado se encuentra con él mismo, pero más viejo; es que viajó al futuro. Se dan cuenta que la nieta de uno de ellos en la madre de otro y que la tía es hermana de una prima y que el sobrino es padre de su propia abuela. En otras palabras: un verdadero despelote incomprensible que sólo se puede entender acompañado con una guía o un dibujo del árbol genealógico. Si quieren algo más simple sobre viajes en el tiempo, recomiendo Volver al futuro, más lineal y divertida.
Ver Dark, sin embargo, me ha causado mucha impresión y -lo que es más inquietante y desespera- es imaginar que, tal vez, la central de Río Tercero o Atucha, (no sé cuál) haya tenido una falla y la Argentina -toda- esté viajando en el tiempo. Para más precisión, que estemos (sin darnos cuenta) en el año 1973… y a las pruebas me remito.
Enciendo la radio y escucho que el ministro Cafiero se reunió con varios gobernadores. Ahí me inquieto, ¿Cafiero, el ministro más joven que tuvo Perón?. La siguiente noticia dice que Carlos Menem ha sido dado de alta; escucho otros nombres, Isfrán, Daer, Cavallieri, Rodríguez. Cambio de emisora, le están haciendo un reportaje Julio Bárbaro. Comienzo a transpirar. Apago la radio y decido leer el diario.
Como es mi costumbre, voy directo a las páginas de economía. Hay una nota muy interesante sobre nuestro Producto Bruto Interno, veo los valores y comienzo a temblar, son los mismos números del año 1973. El punto es que si tenemos en el año 2020 el mismo PBI que hace 47 años, con el doble de población, hemos perdido la mitad de nuestros bienes.
Leo sobre el plan “Precios Cuidados” y congelamiento al mes de marzo; ya no sólo transpiro y tiemblo, necesito tomar una aspirina; José Bel Gelbard debe estar al frente del ministerio de economía.
De paso me doy cuenta que no sé quién es el ministro en 2020.
Cambio de página. Hay una nota sobre una de las empresas comercializadora de granos más grandes del país, el gobierno la quiere estatizar, ¿Sasetru? No, Vicentín.
Dejo el diario y enciendo el televisor. Escucho a unos manifestantes gritando por Campora, Dicen “Campora al gobierno, Cristina al poder”. Pobres chicos, se equivocan, el eslogan es Campora al gobierno, Perón al poder.” En el noticiero aparecen imágenes de personas subidas a sus autos, exhibiendo banderas argentinas. El zócalo informa que es una manifestación del campo que protesta contra las retenciones. Basta. Apago el televisor, le pongo la correa al perro y salgo a dar una vuelta por la manzana.
Me detengo ante un kiosco de diarios y revistas; saludo al canillita y le pido el autito a escala que viene junto al suplemento del diario cada martes; hace seis meses que los colecciono. Lo siento jefe, ya no viene más, son importados y no los dejan entrar.” Me acuerdo que tengo que comprar un soporte para el lavarropa, así que voy hasta la ferretería, No señor, esos repuestos ya no llegan más. El perro ya hizo número uno y dos así que vuelvo a casa. No puedo evitarlo y vuelvo a encender el televisor. Habla el presidente, dice que extraña a una serie de presidentes de la región, chequeo en mi notebook, ninguno de los nombrados son mandatarios en la actualidad. Es más, tres de ellos están procesados por corrupción y dos se escaparon de sus países para evadir a la justicia. El presidente dice que se va a reunir con el Grupo Puebla. Busco en internet quiénes lo integran, ninguno es gobernante de la región. Mi dolor de cabeza se torna insoportable y estalla cuando escucho que el presidente agrega que, él y el presidente de México van a cambiar al mundo, lo mismo que Perón y Nasser, la tercera posición. Si ahora llega a hablar sobre Gadafi me tiro por la ventana. Vuelvo a apagar el televisor.
Tomo el diario otra vez. Hay una nota sobre personas desaparecidas recientemente en distintos puntos de país, otra sobre testigos protegidos que supuestamente son cuidados por las mismas autoridades que ellos denunciaron; fiscales que son sobrinos de imputados. Una cuarta sobre casos de justicia exprés para liberar a hijos del poder, igual que el caso María Soledad en Catamarca. Otra nota sobre un ex gobernador y ahora senador denunciado por, supuestamente, haber violado a su sobrina; el señor sigue en libertad. Otra cita la liberación de presos vinculados con casos de mega corrupción. Se va cerrando el círculo, estoy en el 25 de marzo de 1973 cuando se abrieron las puertas del penal de Devoto. Migro a las últimas, son sobre el reajuste de las jubilaciones y las promesas incumplidas del presidente, la negociación frustrada con el F.M.I. y ataque a periodistas por una organización clandestina, aparentemente cercana al gobierno.
No sé que hacer, ¿voy hasta la casa de gobierno y les advierto que se viene una hiperinflación?, que si un tal Celestino Rodrigo se acerca, no lo dejen entrar. Desisto de la idea, no me van a creer. Mejor voy a la A.F.A. y les aviso que el año que viene, en Alemania vamos a hacer un papelón, que mejor vayan a buscar a un tal César Luis Menotti, este año va a sacar a Huracán campeón y provocará una revolución en el fútbol.
Desisto también, mejor vuelvo a casa a escuchar a Spinetta, acaba de estrenar Durazno Sangrando y en mi Winco se escucha re bien.
*Sergio Capozzi: Abogado, docente universitario, posee una maestría en Historia Política Contemporánea, consejero del Comité Olímpico Argentino, Árbitro Institucional.
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