
Hace ya aproximadamente un año comenzaron los pagos escalonados en la provincia, y no sabemos bien en que parte de este largo año se desfasó el pago y comenzaron a atrasarse hasta dos meses en el pago mensual.
Si usted que está leyendo esta nota tiene un negocio, pruebe no pagarle el sueldo a sus empleados por dos meses y no achicarle la deuda, y tampoco querer escuchar los reclamos y los manda a sacar con las fuerzas de seguridad. Su negocio seguramente iría a la bancarrota.
Este es el caso de la Provincia del Chubut, pero con un agravante, la provincia tiene un banco y por intermedio de este les paga a sus empleados.
Es el mismo banco que cuando les hace la jugada de pagarle de a retazos y muy tarde a la gente, le debita de lo depositado para pagarse a sí mismos los gastos de tarjeta de crédito, prestamos, entre otras cosas.
Volvemos al principio de la nota, el Gobierno de Mariano Arcioni ayer viernes 22 de mayo le depositó a los estatales del tercer rango que cobran mas de $65.000 (aproximadamente 15.000 personas) la magra suma de $25.000 como paliativo de lo adeudado del mes de Marzo.
Grande fue la sorpresa y la bronca a la vez, cuando algunos fueron a cobrar esa parte de lo que le deben, y en la cuenta les faltaban desde $10.000 hasta $25.000, si leyó bien, algunos no tenían nada en la cuenta bancaria.
Es grande la indignación de la gente, que por mas que sea lo que corresponda (pagar la tarjeta), el Gobierno debería tomar cartas en el asunto y dejar de mirarse el ombligo. Nos referimos a que los trabajadores están cobrando mal y tarde, y el Gobierno sólo se preocupa en autopagarse, siempre recordando que el banco pertenece a la provincia.
Por lo pronto mañana domingo 24 los trabajadores de la salud saldrán a manifestarse, el lunes 25 los docentes, el martes los nucleados en ATE. Indignados, denigrados, y avasallados en sus derechos se sienten, sin olvidar que también la policía e parte del Estado Provincial, y son precisamente los que van a controlar a los manifestantes.
Una provincia rica, con deudas sin saldar, las deudas las patean para adelante y al final del túnel sólo se ve oscuridad. Los empleados estatales creen que el túnel está oscuro en el final, porque ahí precisamente está el abismo de la nada misma.
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