La revelación fue hecha por el perito César Guida, quien también analizó las prendas de los imputados, incautadas tras la detención.
Hugo Roldán
El Federal Noticias
En las jornadas de hoy y mañana en el juicio que se lleva a cabo en el Tribunal N°1 de Dolores, contra los ocho patoteros de Zárate, acusados de matar a Fernando Báez Sosa, declararán los peritos encargados de los estudios genéticos del caso, los análisis de ADN, con 42 muestras extraídas entre la víctima y los acusados mediante hisopados, todos con sus tarjetas marcadoras FTA, con material genético de comparación para los forenses.
El expediente marca que la muestra 814.122 del caso, el hisopado al meñique izquierdo de la víctima, “se obtuvo un perfil mezcla en el que se advierte coincidencia con el perfil de la muestra 814.7″, que pertenece a Blas Cinalli.
Este hallazgo, escribió la Fiscal Verónica Zamboni, “denota que la víctima al defenderse durante la agresión lastimó a Blas Cinalli, quedando material genético de éste en un dedo meñique, lo que contrasta claramente con las lesiones que presentaba Cinalli el día del hecho, lesiones éstas constatadas por el reconocimiento”, que fueron constatadas por un médico legista.
No habría sido el único que dejó sus rastros sobre el cuerpo. En las pericias de ADN, los resultados no suelen ser totales. El expediente continúa que en los estudios a las manos de Fernando “se determinó que en las muestras 814.120, 814.125 (hisopados dedo medio izquierdo y hisopado dedo medio derecho): se obtuvieron diferentes perfiles mezcla en los que se observó coincidencia parcial con el perfil genético de la víctima; lo que marca la multiplicidad de autores atacantes”.
Los amigos de Fernando, que fueron agredidos por los acusados cuando intentaron ayudarlo, también dejaron su sangre frente a la disco Le Brique:
La fiscal Zamboni continúa en el expediente asegurando que los imputados “agredieron, y atacaron a sus amigos que intentaban ayudarlo, causándole lesiones corporales a más de uno de ellos (que incluso sangraron en el lugar, y manipularon a la víctima para ayudarlo una vez que quedó tendido en el piso, conforme sus testimonios)”. Luego asevera que los propios imputados, como Blas Cinalli, “también sangraron mientras agredieron a la victima y sus amigos”.